domingo, 30 de octubre de 2011

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Llorando con Serrat en la ciudad de nombre inglés entendí que la música conmueve tanto a los corazones porque estos, en su expresión primera y vital que es el latido, suenan. Y el sonido es, entonces, el cordón de plata de la vida, que une todos nuestros devenires con nuestro origen, existencia y eternidad.

Y eso es probablemente lo más lindo que dije en mi vida. Además de te amo, los quiero y hermana.

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